miércoles, 8 de marzo de 2017

#8M

Hoy es el Día Internacional de la Mujer, día en que se conmemora la lucha de mujeres que murieron calcinadas en un incendio en un fábrica de camisas Triangle Shirtwaist, en Nueva York, en el año 1908. La lucha por los derechos y la igualdad no es algo de hoy, la mujer ha estado en un lugar de ostracismo desde hace un gran tiempo, hablamos de más de un siglo, en realidad, mucho, mucho más. No es la idea analizar los diferentes porqués de esta situación, pero basta con ir a a los griegos, La Biblia o cualquier texto desde la Antigüedad a la Modernidad, que refuerce esta situación.

Hace un tiempo escribí sobre mi posición frente al Feminismo. Actualmente, me siento por fuera de este movimiento, me siento por fuera de los reclamos y del modo que le hacen frente, me siento dolida por querer ser, una vez más, una individualidad y no un colectivo. Demostrar al mundo que se puede hacer una movilización masiva de mujeres, organizada por mujeres, no nos dará más derechos. Tener un colectivo político, social, mediático que hoy se “solidarice” con la causa y use un lazo violeta, no va a ser que ganemos la pulseada. Que tu marido te ayude con los nenes, que tu hermano cuide a tu familiar enfermo, que te den asueto en el trabajo, que tu compañero haga tu trabajo por vos, no ayuda, no aporta, no da los frutos. Si parar significa parar el mundo, el mundo tiene que sentir la ausencia. Pero no, porque en este mundo no hay nadie imprescindible, ni hombres ni mujeres. Somos uno. Somos un colectivo y lo que deberíamos hacer como tal es trabajar en equipo, codo con codo, de la mano, abrazados,como sea, pero hacia el mismo lugar: la igualdad de derechos y oportunidades. Porque de eso se trata, de derechos y oportunidades en la cotidiana.

Enfatizo así la idea de que el feminismo, como se está manejando actualmente, marca una barrera ya no invisible, sino delimitada entre nosotras y ellos. Parece una guerra por ya no se sabe qué. Hay hombres que matan a sus mujeres, pero hay muchos otros que las acompañan, no solo en la lucha, sino en la vida.

Y no, mujeres, no es así como se consiguen las cosas, basta con observar a otro grupo segregado de la sociedad como lo es el movimiento LGBT, donde sus marchas comenzaron siendo una reunión de unos pocos y hoy asisten cientos de personas que no pertenecen al mismo, que son “distintos” pero sienten empatía, sienten que sus reclamos son válidos y se fortalecen con el apoyo de la sociedad en su conjunto. Así es como se construye una mejor sociedad, con puentes, no con muros...



domingo, 25 de diciembre de 2016

Feliz Navidad

Me acuerdo cuando era niña y disfrutaba de esta época, las clases habían terminado e iniciaba las vacaciones. La siesta del 24 era obligada y la reunión en lo de la tía era indiscutible. 
De adolescente también adquirí rutinas, una recorrida que marcaba un circuito cerrado que finalizaba en alguna fiesta privada de la que se regresaba encandilada por las primeras luces del sol. 
Como todo, el tiempo pasa y no solo nos ponemos viejos sino que adquirimos costumbres nuevas. Pero parece que en ese devenir no todo es tan perfecto como en aquel circuito cerrado y los reclamos aparecen cargados de reproches y cuestionamientos. Como todo en la vida, cuando uno crece, madura, cambia. Y cambia porque piensa, siente y vive distinto. Porque ese proceso interno lo lleva a uno a querer algo diferente y, quizás, con gente diferente. Pero no se puede medir al amor por quien decide uno pasar las fiestas. No hay una respuesta lógica al receptor. Pero yo, hoy, 2016, prefiero mil veces abrir una lata de atún y ponerle mayonesa y estar sola o con dos o tres personas más, a estar rodeada de gente que no necesito ver. Pero, valga la aclaración, esta es mi elección de hoy, en un año o más, puedo volver a cambiar, o no? 

martes, 31 de mayo de 2016

Sociedad y otras yerbas

Acá nadie se  acuerda de nadie hasta que pasa algo fuerte. Y es fuerte si aparece en la televisión o lo publican en muchos portales de Internet.
El marconi ha sido el marconi desde siempre. Siempre al lado del camino, siempre con ese muro de concreto invisible que lo separa del (casi todo) resto de Montevideo. Y no hacemos más que dejarlo ahí, quietito, que no moleste...
El interior es el interior y ha sufrido muchas veces consecuencias por las inclemencias del tiempo. Y de las otras también, pero esta lejos, no pasa nada...
Dayanas desaparecen a diario, como Lolas Chomnaleces y ginecólogas. Pero en algo raro andaba, como va a salir sola por la playa. Mmmhhh, vino peinada de  peluquería... Es pobre, iba a trabajar, pero seguro.... A unas las buscan más que a otras ¿Por qué?

Pero no aprendemos nada. No sabemos nada y tampoco nos interesa. Porque a veces parece que es más importante esperar a que pasen las cosas, a indignarnos y buscar culpables (siempre el gobierno lidera esto), a criticar, a ser pseudo solidarios, a parecer un comprometido con la/s causa/s, a publicar un  hashtag que se vuelva TT, a ver si le dan MG o Fav y a dejar el celular/computadora a un lado y seguir con mi vida, la Real, en la que estas cosas tienen lugar solo cuando ya pasaron. Así estamos,  criticamos, pero no construimos, ni  cambiamos nada, esperamos.  #Hipocresías.

martes, 9 de febrero de 2016

Soy

Existe un sistema, o un macro-sistema en el que nos vamos moviendo en pequeños sistemas que vamos creando. Un macro-sistema en el que convivimos con algo a lo que llamamos “pares”, como si se tratara de un par de zapatos o de medias. Algo que se supone, a la vista, igual, o que deberíamos reconocer como igual. Pero no, si de algo estoy segura, es que no somos iguales ni nos reconocemos como tales. Si así fuera no habría tanto conflicto, ni discriminación, ni discusiones estériles.

Hay un tema que me rechina, y soy mujer y como tal debo defender mi condición, salir del estigma de la chica de más de 30 que habla con una voz universal reclamando derechos y validando cuestiones que no hacen más que alejarnos de un colectivo. Esa chica a la que han catalogado de “histérica” (tampoco estoy de acuerdo con esto) y que cobra una voz que se supone de todas las féminas. No, soy mujer y considero que ser feminista no es ser egoísta. Si tomo al feminismo como lo que es realmente, soy feminista, si lo leo como lo he leído y escuchado, no, soy simple y complejamente mujer.

El otro día leí un artículo de una mujer de 30, se llamaba 30 cosas maravillosas de tener 30. Si bien muchas de las cosas que dice las comparto, aquellas que tienen que ver con la madurez y el crecimiento, las que son consecuencia de la experiencia y de los errores, de la vida misma, hay otras que no, aquellas en las que he visto que el feminismo se ha tornado por momentos, como un movimiento que poco tiene de colectivo. Me llamó la atención el fuerte individualismo desde lo sentimental, desde la amistad y desde lo sexual. Una de las premisas que asevera es no hay mejor sexo que el que experimento conmigo misma. Bien. Estoy de acuerdo con que la autosatisfacción es necesaria y placentera, que se experimentan otras sensaciones, pero asegurar que ese es el mejor sexo que se puede tener es un modo de decir no necesito de nadie más, ni hombre, ni mujer, nada; y no me parece un buen mensaje. Somos seres sociales y el sexo es un modo de socializar, de intercambiar, de crecer. Estar en pareja o tener una o varias parejas sexuales no limita la autosatisfacción, no. No caigamos en tal yerro.

Entonces, ¿por qué decir esto? ¿Qué tiene que ver con lo de los sistemas con el que abrí esta especie de post? Lo digo porque esta lectura me llevó a caer en que existen un montón de movimientos, de subsistemas, que conviven y buscan hacerse escuchar y a, a veces, el mensaje que llega no es el que se quiere dar.

Me parece que vamos alejándonos cada vez más de los seres que podríamos llegar a ser, de la idea de paridad, de semejanza, de igualdad, cada vez somos más una individualidad, una unidad, y en una desemejanza sin igual, aislados, sin necesidad del otro porque el Yo está por encima de todo lo demás, porque Yo puedo estar sola y el resto no importa. No, no y no. Elegir la soledad por momentos está bueno, pero tenerla como una condición de vida, convertirnos en seres ermitaños y alejados de la realidad nos convierte, inevitablemente, en seres más egoístas y yoístas. Y este último término que hemos ido acuñando, sin que sea reconocido por la RAE, y va cobrando un sentido cada vez más fuerte con el paso del tiempo es un reflejo del sistema en el que nos vamos convirtiendo. Devenimos en un macrosistema con más subsistemas ¿conviviendo?, y eso hace que cada vez más las individualidades quieran fortalecerse y resaltar, y ser vistos y escuchados, y se mide en cuántos RT tiene tu tweet o cuántos Me Gusta tiene tu post o tu foto. Y con esto no quiero decir que estoy por fuera del macrosistema ni de los diferentes subsistemas, no quiero sonar a superada, yo soy un ser que está más que metido en este rollo, pertenezco y también me hago escuchar, pero, por momentos, me siento abrumada, siento no pertenecer y me veo discutiendo por cuestiones que poco dan a mi vida y que, seguro, poco aporten a la de los demás. Pero, a veces, necesito descargar un poco esto. Tengo más de 30, soy mujer, he crecido, he madurado, me he golpeado una y otra vez con la misma pared y tropezado con diferentes piedras. Mi camino se hace andando, pero no camino sola, camino al lado, atrás y adelante de mucha gente, de gente que elijo aunque no estén cerca. No camino sola y me preocupo por mí, pero mi yo necesita de los otros.


Soy mujer y elijo no estar sola. 

domingo, 16 de noviembre de 2014

Amor crónico


Hoy voy a pensar desde el lugar que me tocó y no elegí: el de paciente
Solo quién lo padece lo siente. Pueden poner lo mejor de sí, pueden esmerarse e intentar una y otra vez comprender, pero la empatía es difícil en estos casos. Tener una enfermedad crónica es como cuando tenés una relación conflictiva, esas relaciones que van y vienen, que se quieren y se dejan de querer. Y el otro, el que no la padece, es como el amigo que quiere entender porqué continúa esa relación enfermiza.  Una enfermedad crónica es un amor crónico, enfermizo, inconstante, va y viene, te demuestra que te quiere (paradójicamente, cuando te abandona) y sabés que no te abandona, que siempre está ahí, al acecho, mirando sigilosamente. Es el amante inconstante, pero el seguro. Es el amigo con el que no hablás por meses, pero que cuando te reencontrás todo se mantiene, podés tener charlas eternas sin importar cuánto se haya cambiado o pasado durante ese tiempo de ausencias. Ella es así, se mantiene estoica.
Hoy reflexiono desde las sábanas blancas y el almuerzo a las 11, desde las visitas constantes de especialistas observadores de la salud, desde la mejor vista de la ciudad, desde la Suite, como he comenzado a llamarle a este sanatorio, que ya es como mi hotel. No es fácil vivir con este amor crónico, no es fácil no saber qué vas a poder hacer la semana entrante o la otra. Planificar un fin de semana ideal y quedarte con la ñata contra el vidrio mirando cómo eso no va a poder ser, pensar en tantas cosas que el resto de la gente que te rodea sí piensa porque son "normales" o "naturales". Mi normalidad es no ser normal. No es fácil vivir así, ni tampoco con alguien así.
Hace 14 años que convivo con este amor crónico, y no me acostumbro, y no me rindo, pero me aburro. Pero, lamentablemente, no puedo dejarlo, no es una decisión que pueda tomar.. Me encantaría poder decirle: Armá el bolso y andate. Pero no, ella no se rinde. Muchas cosas he aprendido, no es mentira que uno valora más lo que vive, los lindos momentos, la gente. Pero también te volvés más tajante, exigente e intolerante. A veces me pasa que tengo la necesidad de explicarle al mundo lo que es vivir así y saber que tu vida va a ser así, con constantes altibajos. Y que quizás quien lea esto no sepa ni quién soy, ni cómo pienso o siento, pero puede que sí conozca a alguien con un amor como este que yo tengo y pueda comprender un poco más de esta vida no elegida...

jueves, 13 de noviembre de 2014

Algunas leyes de antaño

Esto lo posteé el 14 de junio de 2013 en mi perfil de Facebook. Fue en el marco del referéndum para derogar la Ley de Salud sexual y reproductiva, que había sido votada, luego de un largo proceso, el 17 de octubre de 2012. Las publicidades que pululaban en aquel entonces eran de un gusto muy particular  atacaban derechos y valores esenciales en la convivencia. No le dediqué demasiado tiempo a leerlo, pero creo que hay algunos conceptos que sigo manteniendo firmes y que, pese a que esta que estamos viviendo sea otra instancia, se adaptan a los tiempos que corren. 

Mantuve fiel cada palabra, salvo algún error de tipeo evidente. 

Quiero empezar con un punto sobre la publicidad, y no con los "famosos" del jet set uruguayo, sino sobre conceptos vertidos sobre la DEMOCRACIA, que es un término que establece un modo de decidir, entre otras cosas, el gobierno... Y en este país existen diferentes mayorías para diferentes decisiones. En la despenalización del aborto se pedía mayoría simple. Y sí, señora, un voto, un senador/diputado, es el que hace esa diferencia... recuerde que fueron elegidos por nosotros, cualquier objeción al sistema democrático me parece un acto fascista, no estamos discutiendo el sistema, estamos discutiendo una ley. Cuando vote en octubre 2014, podremos debatir sobre quiénes tienen que estar o no, probablemente, no coincidamos...
Me parece genial el debate que se genera en torno al aborto sí/aborto no. Me parece bárbaro que la gente se movilice. Pero me genera una especie de vacío al ver que de un lado y del otro solo resaltan el aborto y la ley es mucho más que eso... No es solo el aborto en sí mismo, es el aborto como última posibilidad, lo que hay que resaltar es el camino que se recorre, las fases previas y cómo las instituciones deben obrar, brindar a la embarazada el asesoramiento necesario para poder explicarle qué puede pasarle o sentir. Yo no creo que a alguna mujer le guste abortar, no lo viví, pero no creo que sea un sentimiento de satisfacción plena. Por eso es necesario el asesoramiento psicológico, las charlas previas al momento en sí mismo de tomar la decisión, difícil y compleja decisión...
Yo no defiendo al aborto en sí mismo como práctica. Yo no soy Pro Aborto. No aliento a que la gente se lo haga, pero tampoco la condeno por ello. Simplemente, quiero que existan garantías para todas. 
Por otro lado, las leyes existen para regularizar una práctica, y en este caso un práctica que se sabe que ha existido por años, y vaya si el aborto ha existido. La Penalización del aborto no va a detener la práctica, no va a acallar nada, no lo ha hecho hasta ahora. La Despenalización, por su parte, no va a obligar a nadie a abortar. Y ese es el punto que tomo como partida, lo que realice otra persona en su vida privada no tiene por qué generarme desazón, angustia u horror. Es una decisión muy personal para que un montón de gente hable, opine y decida... 
Yo quiero que en mi país la gente tenga garantías, asesoramiento y permiso para decidir. Quiero que dejemos de mentirnos a nosotros mismos, que dejemos la hipocresía y las caretas que cubren nuestros rostros y que seamos conscientes de que la NO Ley no va a hacer desaparecer está práctica...

lunes, 27 de octubre de 2014

Las listas sobre la mesa

Llegó el día y también el día después. El FA logró la mayoría parlamentaria y se dibuja un panorama político no muy distinto al de las pasadas elecciones de cara al Balotaje o Balotagge...

La papeleta no tuvo éxito, el plebiscito no obtuvo los votos necesarios para reformar de un modo nefasto la Constitución y eso lo celebro. De igual modo la gran adhesión es preocupante, hablaríamos de más de 1 millón de votos,
me pregunto qué es lo que esperan para su país, para sus jóvenes... Me entristece.

Volviendo a lo político partidario, el panorama que sí cambió fue el de la disposición del Parlamento. En un proceso lento, el Parlamento ha ido tomando colores, diversos, variados, plurales. El FA mantiene la mayoría, lo que puede hacer más fácil gobernar. Pero lo que más me ha sorprendido no es esto, ni que el PI haya logrado un senador, o que los colorados pierdan otro. Tampoco la baja votación del Partido Nacional que prometía más. Los que hacen la diferencia son los llamados "radicales", la UP y el PERI, con un trabajo callado y silencioso, lograron una no tan mala votación, siendo la UP quien logra una banca en la Cámara de Representantes. ¿Qué nos dice esto? Mucho. La creencia de que las izquierdas del mundo están obsoletas es un mito. Uruguay reivindica a la izquierda, y suma otra visión. Yo soy frenteamplista y sé que si esos votos hubieran estado en mi partido se podría haber ganado en primera vuelta. No estuvieron. ¿Por qué? Diferencias, modos de ver y de actuar, críticas, reclamos y tanto más han hecho que ese grupo se haya apartado. Y yo me alegro en parte, me alegro de que haya un espíritu que crezca, que se consolide, que le diga a los viejos partidos tradicionales que acá no se vira a la derecha, se vira a la izquierda. 

Espero, realmente, que esta pluralidad haga crecer al País, que estas visiones diferentes logren consensos y no enfrentamientos.